Con motivo del 75 aniversario de la fundación de la República Popular China, me complace compartir mi experiencia con China a través del proyecto “Escritos en el cielo: mi historia con China” del Grupo de Medios de China.
“El camino de mil leguas empieza con un paso”, reza la conocida frase del filósofo chino Lao-Tse que recordé luego de las primeras horas de aterrizar en el aeropuerto de Beijing, en julio último, para participar de un seminario sobre Medios de Comunicación, organizado por el Instituto de Investigación y Capacitación de la Administración Nacional de Radio y Televisión de la República Popular China (NRTA RTI).
Esta es la segunda vez que visito China, la primera fue en calidad de turista 15 años atrás y, definitivamente, desde mi llegada, en esta oportunidad, pude percibir cambios significativos que denotan progreso y bienestar. Me pregunto, ¿cuántos pasos tuvo que dar el pueblo chino para llegar hasta donde está ahora?, ¿Qué factores han influido para que, en tan solo 40 años, se convierta en la segunda economía mundial?
El ejemplo chino es paradigmático. Las respuestas acerca de su impresionante desarrollo no son sencillas, como seguramente tampoco lo fueron las decisiones que tuvo que tomar su gobierno aun cuando era consciente que significarían costos materiales y sociales. El camino de mil leguas, puede presentar tropiezos y sinsabores, pero si los resultados son favorables, como en el caso de China, se podría decir que la satisfacción compensa los sacrificios.
La sensación de bienestar es notoria. Las calles, avenidas comerciales y residenciales de Beijing, así como las de Changsha en Hunan, -otro de mis destinos- rezuman una vibrante movilización de personas, no para protestar, sino para consumir o pasar agradables momentos de esparcimiento. Los espacios públicos, los parques bien cuidados, los restaurantes, las salas de teatro, los centros comerciales, los museos, etc., invitan al disfrute del ocio, solo, con amigos o con la familia.
Por otro lado, Interactuar con ciudadanos chinos implica cierta complejidad para quienes desconocemos el idioma mandarín, sin embargo, hoy en día es muy común encontrar a un transeúnte, vendedor o un taxista dispuesto a brindar respuestas a las preguntas del forastero, gracias a la tecnología que permite decodificar mensajes. La telefonía celular en China, es utilizada no sólo para la comunicación diaria, sino para superar la barrera idiomática en una conversación doméstica a cualquier parte del mundo, en la búsqueda de noticias, estudios, trabajo remoto, compras, pagos on line, e incluso para transacciones comerciales diversas, desde las más elementales hasta las más exigentes.
Las aplicaciones de los dispositivos celulares han llegado a un nivel de desarrollo superlativo y la población china de casi todos los niveles e instancias accede a ellas con facilidad. Si un chino quiere comunicarse con un extranjero en un idioma que no es el suyo simplemente utiliza su dispositivo móvil para que en cuestión de segundos, se traduzca su requerimiento al idioma que necesita.
Pero lo más sorprendente es la evolución y la expansión de la economía digital en China, a tal punto que hoy es la segunda más grande del mundo, después de Estados Unidos. Este logro es el resultado de políticas públicas, que, en tan solo 15 años, ha mostrado avances importantes en los diferentes ámbitos productivos y sociales de las zonas rurales y urbanas de China. Actualmente, son visibles sus innovadoras soluciones para el transporte autónomo, la telemedicina, el smart-home, también en educación, infraestructura digital, servicios públicos y cooperación internacional, entre otros.
Sin duda existe un presente alentador y un futuro promisorio porque se están creando las condiciones para un crecimiento digital aun mayor, impulsado por la Inteligencia Artificial (AI). El gobierno chino estableció un plan de desarrollo para que China se convierta en el líder mundial en IA al 2030, sobre la base de: inversiones importantes en investigación y desarrollo, el impulso en favor de las iniciativas privadas. Es destacable el crecimiento de empresas como Baidu, Alibaba, Tencent que han popularizado en el mundo las aplicaciones de TikTok, WeChat, Weibo, TamTam, KakaoTalk o JD.
La inteligencia artificial generativa (GenAI), es otro aspecto relevante para China. “Se ha convertido en una tecnología revolucionaria, sostiene Daren Tang, director de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Un reciente informe de esta organización subraya que entre 2014 y 2023, de un total de 54 mil patentes de GenAI, más de 38 mil procedían de China. El segundo lugar lo ocupa Estados Unidos, con 6,276. La distancia no puede ser más reveladora. Corea del Sur está en el tercer lugar, con 4,155; seguida de Japón con 3,409 e India con 1,350 patentes. Entre las empresas chinas, lideran la lista: Tencent, seguida de Ping An Insurance, Baidu y la Academia de Ciencias de China.
Pero el desarrollo tecnológico no es el único motivo de interés para el gigante asiático, según pude apreciar durante mi estadía. Se vienen trabajando un conjunto de estrategias que tienen, como fin supremo, el bienestar de su población, un desafío que demanda acciones muy bien planificadas sobre la base de recursos, fomento al conocimiento, a la innovación y acuerdos internacionales. Uno de ellos es la iniciativa de la Franja y la Ruta, plataforma global lanzada por el presidente Xi Jinping en 2013. -Es un camino que está forjando alianzas de mutuo beneficio para muchos países a través de las cuales se facilita asistencia tecnológica, científica, financiamiento, ejecución de proyectos de infraestructura, entre otros.
La Ruta de la Seda que antiguamente conectaba Asia con los países europeos, tiene ahora un sentido más profundo y retador. El mundo globalizado exige que la conectividad vaya más lejos y se extienda, por eso hoy se habla de la Ruta Digital de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda, cuyos beneficios ya se encuentran en Perú con la gran inversión privada de capitales chinos en la construcción del Megapuerto de Chancay, obra que tendrá una influencia gravitante en todos los países de América del Sur.
Mi viaje China, fue también de exploración y descubrimiento. Tengo la percepción de que todas las iniciativas lideradas por el gobierno en estos últimos 40 años, que han tenido como resultado un crecimiento económico sostenido, sin precedentes en la historia de la humanidad, es el fruto de aplicar medidas según sus necesidades y actuar rápidamente cuando se trata de enmendar errores, pero un factor clave, es el compromiso mayoritario de la población china. Un domingo de madrugada en la plaza de Tiananmen, fui testigo de un evento que, según me informaron, suele realizarse frecuentemente y que reúne a una multitud de personas desde las primeras horas de la madrugada. Hombres, mujeres y niños, familias enteras, se reúnen en esa histórica plaza desde el anochecer y esperan el amanecer para cantar el himno nacional de China mientras se iza la bandera. La emoción y la devoción de los presentes es conmovedora. No me cabe duda que es la expresión de un auténtico sentimiento de identificación con el país que los vio nacer, que hace posible que China pueda enfrentar los más grandes desafíos.
En pocos días la República Popular China cumplirá 75 años de fundación, un aniversario que genera admiración por los importantes logros alcanzados. También una profunda reflexión respecto a las tareas pendientes. Extiendo mi felicitación a todo el pueblo chino con la satisfacción de saber que tienen un futuro prometedor, gracias a la fuerza y el soporte espiritual de una historia, así como de una cultura de gran influencia para los países de Latinoamérica, en especial para el Perú con quien comparte lazos de amistad de muchos años. Mis mejores deseos de bienestar y prosperidad para China, la cuna de mis antepasados.
Patricia Von León
Lima, 25 de setiembre 2024.